Póntelos en casa. Si no te vienen tan apretados que sea imposible ponértelos, la mejor opción es ponértelos mientras estás en casa. De esa manera se ajustarán a tu pie y dejarán de hacerte daño. Puede que tarden un par de días en ajustarse completamente, pero es la forma más natural de adaptarlos a tus pies.
Ponte unos calcetines gruesos y añade calor. Ponte los calcetines más gruesos que tengas e intenta meter los pies en los zapatos (solo si son de piel). Puedes calentar la parte que te apriete con un secador de pelo y doblar el zapato una y otra vez para que se ajuste.
- Cuando dejes de calentar el zapato mantén el pie adentro hasta que se enfríen. Después pruébate el zapato con unos calcetines normales o tus medias favoritas.
- Repite el proceso hasta que los zapatos se hayan ensanchado lo suficiente. Una vez se hayan ajustado, aplícales betún para zapatos para que la piel recupere la humedad que ha perdido por el calor y no se estropee.[1]
- Nota: Calentar los zapatos podría debilitar el pegamento, ten cuidado con los zapatos vintage.
Congélalos con una bolsa de agua. Llena un tercio de una bolsa de plástico con agua y ciérrala bien. Usa una bolsa para cada zapato.
- Pon una bolsa dentro de cada zapato y presiónala bien hasta que llene todo el zapato, como si fuera tu pie. Pon los zapatos en el congelador y déjalos ahí hasta que se congele el agua, o incluso toda la noche. A medida que el agua se congela, se expandirá dentro de tus zapatos y los ensanchará.
- Sácalos del congelador y déjalos descongelar por unos 20 minutos o más antes de intentar sacar las bolsas de hielo. [2]Pruébate los zapatos para ver qué tal te quedan ahora y repite el proceso si es necesario.
- No es recomendable que uses este método con zapatos caros.
Rellena los zapatos con papel de periódico húmedo. Arruga las hojas de periódico húmedas y presiónalas dentro de tus zapatos. Usa todo el papel que puedas para llenar los zapatos, pero ten cuidado de no deformarlos. Si se deforman, saca el papel y dale la forma adecuada.
- Deja que se el papel se seque. Remueve el relleno y pruébate de nuevo los zapatos. Deberían haber cedido un poco.
- Con este método también puedes congelar los zapatos con el papel húmedo adentro para que se agranden un poco más. También puedes usar unos calcetines humedecidos.
Rellénalos con avena. Este es un truco antiguo de los vaqueros para sus botas de cuero. Rellena tus botas con avena, o con cualquier otro grano que se hinche cuando se humedezca.
- Añade agua hasta cubrir los granos. La avena (o lo que hayas usado) se hinchará durante la noche.
- Limpia los copos de avena. No es buena idea usarlos para el desayuno, así que tíralos a la basura.
- Pontelos durante unos días hasta que estén completamente secos y se ajusten a tus pies.
Utiliza un spray con alcohol isopropílico. Llena el recipiente del spray con 50% agua y 50% alcohol isopropílico. Pulveriza la mezcla en el interior de los zapatos y póntelos por unos 20 minutos.
- También puedes simplemente frotar con alcohol las partes del zapato que necesiten ceder un poco.
- Ponte rápidamente el zapato mientras aún esté humedecido por el alcohol, porque se seca muy rápido.
- Otra forma sería empapando un par de calcetines en alcohol isopropílico. Ponte los calcetines y los zapatos hasta que se seque el alcohol. Puedes repetir el proceso si es necesario.
Haz 'puré de papas'. Pela una papa (patata) grande y métela en el zapato toda la noche. Asegúrate de que la papa sea lo suficientemente grande para ensanchar la parte del zapato que te molesta.
- Las papas no huelen mal, de hecho atrapan el olor, y cualquier residuo que quede en el zapato se limpia fácilmente con un trapo húmedo.
Usa una horma para zapatos si estos son de cuero. Una horma es una herramienta con la forma de un pie y están hechas normalmente de madera. Tienen unos tornillos y algunos ajustes que te ayudarán a ensanchar el zapato.
- Busca en la sección de zapatería de un supermercado o una ferretería, o quizá puedas encontrarlo en ventas de garaje o tiendas de segunda mano.
- Una horma puede hacer ceder los zapatos a lo ancho o a lo largo (comprueba de qué tipo es la horma antes de comprarla) y sirve para ambos pies.
- Las hormas funcionan “en seco”, así que pueden tardar varios días en ensanchar tus zapatos; comprueba de vez en cuando si ya han hecho su trabajo.
- Algunas hormas incluyen unas piezas parecidas a botones que se pueden añadir para hacer ceder una zona en particular, como por ejemplo una costura o un pliegue que te moleste.
- Puedes usar un spray especial para zapatos o aceite junto con la horma. Los encontrarás en las zapaterías, tiendas de reparación de calzado o en la misma tienda donde compraste la horma. El spray o aceite ayudarán a que el material sea más flexible y harán que se expanda de manera uniforme, además de acelerar el proceso.
Lleva tus zapatos a un profesional. Algunos tienen maquinaria que puede aplicar la presión y el calor necesarios para ensancharlos justo lo necesario.
- La precisión y facilidad de uso de estos servicios pueden valer la pena, especialmente para zapatos caros o delicados.
- El proceso suele tomar 24 horas o más.
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