Cada vez son más las personas que se integran al maravilloso mundo de la actividad física en los gimnasios, clases grupales, ciclo indor, etc., al aire libre, siendo uno de los mas sencillos y que ha ganado popularidad cada vez más “EL CORRER”, aunque siendo uno de los más completos y fáciles de comenzar a realizar, debemos estar conscientes que es un deporte de impacto, donde nuestras rodillas, nuestros pies son los responsables de mantener nuestro peso en movimiento, por ende debemos utilizar un calzado adecuado para nuestro tipo de pisada y evitar lesionarnos.
Si bien es cierto que para quienes consideramos el correr como práctica constante con miras a alcanzar un objetivo especifico, es un complemento de todo el cuerpo, en la cual debemos trabajar el equilibrio, dado que durante una carrera nos mantenemos sobre un solo pie (derecho o izquierdo), fortalecer la parte media (abdomen), piernas, glúteos, tobillos, pantorrillas, brazos, espalda, etc., además de realizar cross training, pista (velocidad) y sobre todo seguir un patrón de estiramiento adecuado que es indispensable después de realizar cualquier actividad física, ya que no es lo mismo entrenar una o dos veces por semana, hacer clases de salón a seguir un plan de entrenamiento de competición o alto rendimiento. Es un conjunto de factores que inciden a la hora de lograr una meta.
Muchas veces al decidirnos iniciar a correr, nos enfocamos en la ropa, la música que escucharemos, la combinación ideal y hasta como nos vemos, los zapatos más bonitos o los de moda, dejando atrás el verdadero criterio por el cual debo escoger un zapato ideal para mí.
Es necesario realizarse una prueba de pisada, hoy día muchas tiendas deportivas cuentan con personas especializadas y centro deportivos en los cuales nos indican que pisada tenemos y cual es el calzado que se adapta mejor a ella, ya que estos deben amortiguar cada impacto, deben proporcionar estabilidad, además de adecuarse a nuestra forma de correr.
A veces después de llevar un tiempo corriendo con un par de zapatos no adecuados, comenzamos a sentir molestias que pueden llegar a convertirse en lesiones en tobillos, pie, rodillas o cadera, por una mala elección de los mismos.
También debemos tomar en cuenta el lugar donde se realiza la actividad de correr, por ejemplo las calles (asfalto), las aceras que son las más usadas, pero no las más ideales ya que no hay absorción de impacto, en tal caso el terreno ideal seria el de los parques donde la absorción de impacto es mayor, por ende el riesgo de lesionarse es menor. Por tanto es imprescindible contar con el par de zapatos adecuados para el terreno que escojamos para correr.
Dependiendo del arco de la planta de los pies, existen tres tipos de pisadas:
- Neutro: aquellos en los cuales los tobillos no tienden a girar ni al exterior ni el interior cuando se corre.
- Pronador: aquellos que tienden a llevar el pie hacia la zona interna del mismo.
- Supinador: aquellos que tienden a llevar el pie hacia la zona externa del mismo.
Los pies de un individuo en reposo pueden comportarse de manera muy distinta a cuando se encuentra en movimiento o durante una carrera, de allí la importancia de la evaluación preferiblemente corriendo para que nos puedan indicar el zapato adecuado para nosotros.
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